1. ¿Cómo me quiero sentir este nuevo año?
Define tus metas basándote en cómo te quieres sentir. Tú puedes elegir si quieres un año lleno de felicidad, de paz, o por el contrario, de estrés y agotamiento.
Alinea tus metas con las emociones que quieres sentir este año.
2. ¿Qué cosas me entusiasman?
Si tus metas te llenan de entusiasmo vas por buen camino. Si por el contrario, te aburren o las haces porque tienes que hacerlas, no es el camino correcto.
El entusiasmo viene del alma. Déjate guiar por tu entusiasmo.
3. ¿Mis metas se equilibran con las áreas más importantes de mi vida?
Si tu meta exige que viajes todo el tiempo, te mantendrás lejos de tus seres queridos y eso no te llenará de felicidad. Si tu meta exige que descuides tu alimentación y comas cualquier cosa, estarás descuidando tu salud. Si tu meta exige que actúes en contra de tus valores, estarás faltando a tu integridad.
Tus metas deben ir en armonía con las áreas más importantes de tu vida. De lo contrario sentirás que algo te falta.
4. ¿Mis metas contribuyen con el mundo?
No necesitas ser la Madre Teresa o Martin Luther King para contribuir con el mundo.
Si eres maquilladora ayudas a las mujeres a sentirse bonitas y aumentar su autoestima. Si tienes un restaurante das espacios para que las familias y los amigos compartan momentos felices.
Tú puedes hacer un cambio en el mundo.
5. ¿Qué pasa si algo sale mal?
Comprende que no tienes el control de lo que sucede a tu alrededor.
Solo puedes controlar qué actitud tomar y cómo actuar frente a ello.
Recuerda que lo que resistes, persiste, así que acepta con amor pase lo que pase.
6. ¿Qué hago si tengo ganas de rendirme?
Recuerda por qué empezaste, recuerda qué te motivó a dar ese primer paso.
Recuerda cuál es ese motor que te impulsó a empezar, tu familia, tus hijos, tus padres, tu libertad, tu bienestar.
7. ¿Qué pasa si las cosas no salen como espero?
Dios tiene un plan perfecto para ti aunque en ese momento no lo puedas entender.
Él sabe qué personas y qué situaciones acercar y alejar de tu vida.
Confía en la divinidad.
¡Feliz ahora!